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Las sandalias blancas

Tiene 3 o 4 años, y unas sandalias blancas que le gustan mucho. Una de las posesiones más apreciadas por cualquier niño: sus zapatos.

Estas son bonitas y muy blancas, y tiene siempre mucho cuidado en no mancharlas demasiado, pero claro, es una niña y tiene que jugar. Charcos, tierra, intenta no mancharse, pero es tan díficil…

Hasta el tobillo, para que los pies estén sujetos, tampoco hace tanto que anda y su madre siempre dice que ir bien calzada es importante.

Se las pone para ir al colegio y para salir a la calle a jugar. Estas no las ha heredado de su hermano mayor, que para eso es una chica y necesita zapatos de chica. Le encantan, lo ha dicho mil veces y lo dirá las que haga falta.

Le gusta mirarse los pies cuando salta desde el escalón. Un, dos, tres… salto!! Con los pies juntos hasta el suelo y brazos en alto al aterrizar. Casi sabe volar ya.

«Mira cómo ando con una pierna sólo» Y su padre la ve dando saltitos a una pierna, sujentándose la otra con la mano haciendo imposibles equilibrios.
Con esas sandalias no se cae nunca, «son mágicas», le confía a su amiga en un susurro cómplice. «De verdad de verdad, que cuando las llevo puedo saltar más».

Le gusta jugar con sus amigos. No para de reirse cuando pasea con su hermano aunque siempre le está chinchando. Está feliz cuando está con sus padres. Aunque su mundo no es ningún paraíso. Desde que se acuerda ha visto a los mayores preocupados. Pero es una niña, y las cosas que más le importan en el mundo son jugar y que sus padres le abracen.

Hoy, como ayer, se ha calzado sus sandalias blancas. Se las ha abrochado mamá, aunque ella ya sabe hacerlo sola, pero de vez en cuando se deja mimar un poco, porque quiere ser mayor, pero sabe que aún no lo es.

Todavía no sabe que un par de días después, alguien, muy lejos, mirará esas sandalias tan blancas, en sus pies, en una foto en un periódico y que nada le distraerá de las sandalias. Ni el por qué alguien es capaz de hacer eso, ni si es bueno o no que se publiquen unas fotos tan duras, ni  la postura tan forzada de su cuerpo, ni su sangre ni la de los que le acompañan.  Ni si realmente hay niños de primera o de segunda y cuando pasamos la página del periódico ya nos hemos olvidado de ellos, ni si tampoco podemos hacer nada por ellos.

Yo no puedo dejar de pensar en lo orgullosa que estaba esa niña de sus sandalias blancas y en que seguramente le encantaban, como a cualquier niño.

El 2 y 3 de mayo docenas de personas, incluyendo mujeres y niños, fueron asesinadas en las ciudades Sirias de Al Bayda y Baniyas.

www.unicef.es/sala-prensa/declaracion-sobre-siria-de-la-directora-regional-de-unicef-para-oriente-medio-y-norte–1


Mónica Anchelergues. Mamá de dos pequeños terremotos que llegaron a mi mundo en 2011 y en 2015. Publicitaria y marketiniana, trabajando dese el siglo pasado en el mundo online, soy una de las mamás que está detrás de conpequesenzgz. También comparto piso con una gata y una perrita.

  1. Marta

    23 mayo

    Madre mía, con lo bonito que me estaba imaginando el recuerdo de las sandalias blancas… No me había enterado de esa noticia. Qué tristeza.

    • Monica

      23 mayo

      Lo siento 🙁 tenía la necesidad de escribirlo. Es horrible

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