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Un día monstruosamente divertido en Sendaviva

Un día monstruosamente divertido en Sendaviva

El pasado otoño estuvimos en Sendaviva, el Parque Faunístico que hay en Arguedas (Navarra) y lo hemos pasado…. ¡de miedo! Aprovechando que hasta el 4 de noviembre está abierto y tematizado de propio para Halloween, decidimos dedicar un domingo a esto.

Arguedas está en las Bardenas Reales, muy cerquita de Zaragoza. Por la A-68, hay que ir hasta Tudela y desde esa salida está todo muy bien indicado. Camino fácil, cómodo y rápido, poco más de una hora por autovía (o autopista, el peaje no llega a 9€).

Una vez allí, el aparcamiento es sencillo, como todo en este parque, que carece de las aglomeraciones de otros parques temáticos. Por eso, entre otras cosas, es ideal para ir con niños pequeños, que pueden ver a muchos animales (es un parque faunístico, que no un zoo…) y cuentan con bastantes atracciones de feria para ellos (barquitas, mini tirolina, una mini noria muy graciosa que se mueve gracias al pedaleo de los padres…) .

Eso no quita para que por el camino no disfrutásemos todos con la gran variedad de animales que puedes ver: dromedarios, bueyes, dos toros (¡son gigantes!), ciervos, cervatillos, jabalies y ¡hasta un oso!, amén de pájaros de diferentes especies por doquier.

También hay una parte dedicada a la granja muy interesante, sobre todo para los más chiquitines, porque en una misma visita, es como si hubieras ido también a una granja escuela. Nosotros esa parte nos la saltamos porque fuimos directamente a la zona del Bosque, que está en lo alto de la colina.

Nos encantó que puedes elegir entre subir por un sendero asfaltado súper accesible, incluso para ir con carritos, o sobre unos tapices mecánicos por los que suben con sus flotadores quienes se van a tirar por el tubing….y los vagos como nosotros, jajaja!

Cuando llegas arriba, hay un paisaje espectacular que puedes disfrutar desde el mirador a las Bardenas Reales y varias pasarelas para caminar casi rozando las copas de los árboles. También hay una zona de juegos para niños pequeños, la cantina mariachi y la atracción de caída libre, que mira de frente al paisaje inabarcable y casi lunar de las Bardenas.

Nosotros aprovechamos para comer en la cantina y disfrutar de la animación de Halloween: tematización mexicana, buen rollito y muchas familias disfrazadas, que ayudaban a dar un ambiente muy divertido. He de reconocer que hasta nos penó el no haber ido disfrazados. Estuvimos pensándolo porque hay un concurso de disfraces con el que la familia ganadora se puede ir de vacaciones nada menos que a la Selva Negra alemana (bases del concurso aquí), pero creímos que habría poca gente disfrazada y nos pudo la vergüenza…. Al final, como dice el refrán, «el que tiene vergüenza, ni come ni almuerza», porque había muchísima gente disfrazada, así que nos perdimos esta oportunidad, ¡aunque lo pasamos igualmente bien!

La animación de la cantina es tres veces al día, en el horario de la comida (13.15; 14.15 y 15.15). Es importante que reservéis mesa en la entrada del parque para poder garantizar que tenéis sitio. Nosotros hicimos la reserva nada más llegar y eso nos dió mucha tranquilidad.

Después de comer, bajamos dando un paseo súper agradable por el interior del bosque, que ofrece un «safari fotográfico» apto para todos los públicos y accesible para sillas de ruedas y carritos de bebé, de los que el parque está llenito porque está súper bien equipado para ellos.

Tuvimos además la suerte de disfrutar de un tiempo primaveral que nos regaló imágenes preciosas de camino a los flotadores del tubing (nos habíamos quedado con las ganas de probar esta atracción, que habíamos visto cuando subíamos a la cantina) y nos permitió entretenernos viendo animales.

Una vez abajo, cogimos nuestros flotadores y nos subimos de nuevo a lo alto del Tubing, el tobogán en línea recta más grande de Europa con 300 metros colina abajo y 60 metros de desnivel.

De la atracción, qué decir…. que nos encantó. Empieza como Luis Fonsi, despasito, pero va cogiendo velocidad… y acabas como Fonsi Nieto!

Después de esto, aún tuvimos cuerpo para irnos al Bobsleigh, unos peculiares trineos que se deslizan ladera abajo por unos raíles metálicos. Es casi un kilómetro de bajada a toda velocidad con curvas vertiginosas y unos loopings de agárrate y no te menees. Yo grité como una condenada a la hoguera porque bajamos a toda velocidad y soy un poco caguetas, pero es que mis hijos quisieron ponerse juntos, así que el trineo adulto pesaba mucho más y por lo tanto bajamos como balas (cuando llegamos abajo, ahí estaban ellos, muertos de risa viendo mi careto…).

Otra atracción en la que puedes descargar adrenalina es la Gran Tirolina, que cruza el parque casi de punta a punta: 650 metros de descenso en los que puedes alcanzar los 70 km/h, pasando por encima del lago y el Bobsleigh. Pero a ésta no fuimos porque ninguno de los dos niños podía montar (se requiere ser mayor de 14 años y pesar más de 40 kilos), así que como no quisimos darles envidia y preferimos seguir disfrutando juntos en el espectáculo de cetrería.

Águilas reales, marabúes, buitres, aves zancudas… conocimos un montón de especies y nos maravillamos con el majestuoso vuelo de muchas de aves, que bajaban volando desde el bosque hasta rozar con sus alas las cabezas del público… e incluso se posaron en los brazos de los voluntarios.

El espectáculo estuvo abarrotado de gente. Nosotros tuvimos suerte porque llegamos con 10 minutos de tiempo y pudimos sentarnos sin problema, aunque hubo gente que tuvo que verlo desde afuera. Había bastante gente en el parque pero la sensación no fue nunca de agobio. Sólo en el Bobsleigh hicimos un poco más de un cuarto de hora de fila (que se nos pasó volando, acostumbrados a las filas de horas de otros parques temáticos), y en el resto, fue llegar y entrar. También en los camioncitos abiertos que te llevan por todo el parque la cosa estaba muy fluida, así que cogimos uno de bajada al pueblo, porque estábamos ya un poco cansados y llegábamos con el tiempo justo para nuestra última visita con hora de reserva: La Mansión Encantada.

Esta atracción está justo en la entrada del parque, por lo que es recomendable hacerla al principio del todo o bien al final, como hicimos nosotros. Si no, os tocará subir y bajar por todo el parque (las atracciones están en la mitad o arriba), que a lo tonto, aún es una buena caminata.

La Mansión Encantada es una casa que han preparado para Halloween. No va de monstruos ni nadie te toca, así que pueden entrar los niños sin problema; va más de espíritus que habitan la casa, y aunque no da miedo-miedo… sí que te pegas unos buenos sustos cuando se empiezan a mover las cosas. En nuestro grupo había varios peques (unos 5 años) que aguantaron muy bien; los míos iban de valientes, pero cierto es que no nos despegamos los unos de los otros en todo el recorrido, jajaja! ¡Y no os cuento más para no hacer spoiler!

Nuestra impresión al final de la jornada es que nos gustó mucho. Pasamos un día súper divertido y agradable, haciendo algo distinto sin tener que irnos muy lejos de Zaragoza. Para repetir, sin duda.

Fundamental el tema de que no haya filas interminables ni agobios e importantísimo que haya atracciones para todas las edades. La altura mínima en las atracciones más adultas es de 105 cms (salvo en la Gran Tirolina, que va por peso y edad) mientras que en la mayoría de parques es de 140. Nos encantó también el ambiente relajado, porque en otros, parace que en vez de ir a un parque vas a la guerra y tienes que estar siempre en guardia para pillar sitio. Los recuerdos y souvenirs tienen precios razonables y si quieres, puedes entrar con tu propia comida sin que te llamen la atención ni te revisen la mochila en la entrada.

En cuanto a la tematización de Halloween, está bastante bien (aunque nosotros nos dejamos de visitar la parte para más chiquitines) y anima un montón el hecho de ver a tanta gente disfrazada, así que si vosotros sois de los que necesitáis poca excusa para poneros la capa de vampiro o pintaros de zombie….¡esta es la vuestra! No hace falta que esperéis al puente de Todos los Santos porque en octubre está abierto todos los fines de semana y en el puente de noviembre estará todos los días.

Para que podáis organizar un poco mejor vuestro viaje, aquí os dejo el enlace con la info adicional que tenéis en nuestra agenda de Con Peques en Zaragoza ,  así como el de Sendaviva, desde donde podéis hacer la compra de las entradas para obtener un descuento directo de un 10% sobre el precio en taquilla.

¡Lo vais a pasar de muerte!


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