
Pequeños logros
Escrito por Mónica.
Cuando acaban de nacer y los ves tan chiquitines cuesta creer que en unos meses aprenderán mil y una cosas y llegarán a ser seres autónomos.
Esto se refuerza por los comentarios que escuchas ante tus exclamaciones amorosas-maternas-primerizas:
– Uy, si se ha reído
– son gases
– ¡Mira cómo me coge la manita!
– eso es un reflejo que tenemos todos
– Me está mirando
– Si no ven casi, chata…
Y así los ves, tan indefensos y con tanto camino por delante y entonces empiezan las preocupaciones.
Tiene x meses y ya debería reirse, ¿no? Empiezas a mirar tablas de desarrollo y te preocupas (qué recuerdos del embarazo cuando hacías lo mismo con las semanas. Socorro, estoy de 28 y casi no noto que se mueve)
Luego las comparaciones. Pues fulanito con 5 meses andaba ya a la pata coja. Pues el mío con 8 meses contaba de 10 a cero sin ni un titubeo!
Cada niño lleva su ritmo de aprendizaje y desarrollo, y aunque hay que estar atento para ver si todo va siendo normal, la normalidad es muy amplia y muchas veces nos asustamos sin motivo.
Mi peque parecía que nunca gatearía y de la noche a la mañana arrancó a hacerlo.
Tenemos que relajarnos y disfrutar con estos pequeños aprendices de managers de I+D (Investigación y desarrollo),
Ahora ya no miro las tablas, pero me voy apuntando sus pequeños avances para recordárselos en el futuro. Y es que parece mentira que aprendamos tantísimas cosas en los primeros años, cosas que luego consideramos banales, y que cuando somos pequeños son todo un hito en nuestras vidas.
¡A disfrutar!
Pequeños logros conseguidos en estas dos últimas semanas
- Subirse solo al sillón. Y sentarse luego
- Usar la cisterna en el baño. voy a tener que empezar a explicarle que el agua no se derrocha
- Bajarse los pantalones (sacar los pies ya es otra historia)
- Decir salchicha y tortilla
- Pintar la pared del pasillo con cinco lapiceros a la vez
- Contestar a Dora «si si» a cada pregunta que hace
- Poner a prueba la paciencia de nuestra gata persiguiéndola por toda la casa ofreciéndole una galleta
- Poner a prueba la paciencia del pediatra cuando intentaba medirle. Y consiguió que la perdiera!
- Bailar Paquito el Chocolatero estos Pilares (yo no lo he visto, pero el abuelo me lo ha asegurado)
- Sonreir a mamá-enfadada con cara de pillo y echarle un beso desde lejos


2 Comentarios
Marta
Ay! Qué ternura el último punto 😉 Está claro que saben mucho, ya desde pequeños.
Monica
sí, la sonrisa como arma debe ser algo casi innato 🙂