Escrito por Mónica.
Dos años ha cumplido el mini este mes, dos años desde que por fin pude darle un beso después de llevarlo dentro durante más de 41 semanas.
Un montón de días juntos para pensar en todo lo maravilloso que ha ido pasando. Los dos años son una fecha importante, van dejando atrás su etapa bebé y cada día más se vislumbra el niño que va a ser.
Dos años de revolución en mi manera de pensar, dos años en los que he cambiado de opiniones sobre temas variados, dos años de risas, llantos y muchos sentimientos intensos.
Dos años, 530 noches sin dormir del tirón, 530 días de mimos, más de 2000 pañales cambiados, minucuna, una cuna, colecho e independencia en su propia cama, ha aprendido a sentarse, a caminar, a abrazar, a besar y sus primeras palabras.
Ha conocido un montón de parques, la playa y la montaña. Ha construido torres y ha destruido castillos de arena, ha probado el agua salada del mar y ha bebido agua de la piscina (llevándose una buena gastroenteritis).
Calculando rápido, ha devorado unas 2500 galletas, y más de 2000 tomates cherry, dos de sus manjares preferidos.
Dos años de lactancia materna exitosa e increíblemente fácil, aún no me puedo creer lo sencillo que resultó desde el primer día y la suerte que tuvimos. Aunque ya hemos tenido que oir cientos de veces la manida frasecita «pero tan grande y aún toma teta». Dos años de opiniones ajenas no solicitadas…
Dos años, y este es su tercer verano. Qué distinto es planear un viaje con un niño pequeño. «¿El carrito se factura en el avión?», «¿Hay sombrillas en esa playa? Mira que no vamos a llenar el coche con más cachivaches aún…»
Veranos de descubrimientos sospechosos. ¿Por qué si miras disponibilidad de hoteles para dos salen muchos más que si pones que llevas un niño?
Dos años geniales que no cambio por nada.
Aunque ya no juegue al World of Warcraft, aunque para leer un libro tenga que emplear el doble de días, aunque lo de levantarse un domingo de invierno a las 3 de la tarde y bajar a comprar los periódicos para leerlos con calma por la tarde sea historia, y aunque lo de las cenas románticas las noches de los sábados se deje para ocasiones especiales.
Ahora vuelvo a descubrir los encantos pequeños de la vida, porque llevo dos años viendo el mundo de nuevo a través de los ojos de mi hijo. Porque me emociono otra vez viendo como las hormigas se van llevando un trozo de pan poco a poco o escuchando el ruido que hace la nieve cuando la pisas.
Ahora he vuelto a tener mi primer día de parque de atracciones, mi primer día de arena, mi primer helado y mi primera horchata.
Las manchas de chocolate ya no me dan miedo, y las habitaciones llenas de juguetes no me rompen el feng shui, para nada: me rompen la monotonía.
Gracias por estos dos años, tesoro.
Paco, Paco, Paco ♫
23 julio
Súper entrañable el post, felicidades!!! ^.^
Monica
23 julio
muchísimas gracias! :-*
Planeando ser padres
24 julio
¡Felicidades por esos dos años! Me ha encantado el final y la contraposición del feng shui a las habitaciones llenas de juguetes. Yo no soy de seguir este estilo de filosofías, por eso estoy deseando que llegue la bichilla para empezar a ver todos sus trastos esparcidos por medio de la casa.
Monica
24 julio
Pronto lo tendrás: el carrito en la entrada, el parque en medio del salón, chupetes por todas partes.. 🙂 mola
Mamá dice y yo digo
24 julio
¡¡Feliz cumpleaños!! Qué post tan bonito…
Monica
24 julio
Muchísimas gracias 🙂
1mamapara2
24 julio
Feliz cumpleaños y felicidades por estos 2 años cargaditos de amor del bueno en el que se descubre lo verdaderamente importante en la vida.
Precioso post 😉
Monica
24 julio
Gracias guapa, han sido dos años muy emocionantes 🙂