En un mundo cada vez más interconectado, dominar un segundo idioma, o más, se ha convertido en una habilidad indispensable. Más allá de ser una herramienta de comunicación, el aprendizaje de un nuevo idioma modela nuestro cerebro, enriquece nuestras vidas, amplía nuestra perspectiva y nos abre las puertas a nuevas culturas y oportunidades.

Es pues algo que hoy en día resulta necesario, ya que aprender una nueva lengua no solo brinda una mayor formación y mayores oportunidades laborales, sino que además nos proporciona la tranquilidad de desenvolvernos en diferentes contextos y con personas diversas.

Por eso, nunca es tarde para aprender un idioma y empezar un viaje lingüístico para ampliar nuestro conocimiento, pero siendo realistas, sí es más difícil. De ahí, la importancia de la escolarización en edades tempranas para aprender una segunda lengua con fluidez, ya que según estudios la mejor edad para aprender un idioma es antes de los 10 años.

Por eso puede ser clave recibir una educación primaria internacional que grantice la inmersión total linguística, que nos abre las puertas a un segundo idioma y a otras culturas.

Pero… ¿Por qué decimos esto?

Porque la inmersión en la educación bilingüe desde pequeños ayuda a acabar con la barrera que aún supone para muchos el idioma y proporciona una serie de facilidades y beneficios que permiten que los niños adquieran mejor las habilidades lingüísticas necesarias para comunicarse en otros idiomas.

Algunos de estos beneficios, a parte del conocimiento de dos idiomas a nivel bilingüe, que podrán llegar incluso a un nivel nativo, es que los niños desarrollan una mayor capacidad para aprender otros idiomas con mayor facilidad. Además, la falta de “miedo” a no cometer errores en comparación con los adultos, hace que este proceso de aprendizaje sea más rápido.

También se ha comprobado que con este tipo de educación se produce una mejora de la memoria y la atención del niño, así como una mayor capacidad en la resolución de problemas, es decir, lo que se conoce como una mejora en la capacidad cognitiva.

Por otra parte, aprender idiomas abre más la mente a los niños, por lo que a su vez se fomenta la tolerancia y la comprensión intercultural, es decir, tienen la oportunidad de conocer las culturas de aquellos países en los que se habla la lengua aprendida, así como comprender otros valores, costumbres, etc.

A parte de esto, una de las cosas más importantes de este tipo de educación, como he nombrado al principio, es que gracias a hablar dos idiomas los estudiantes salen más formados al mundo laboral y, por lo tanto, consiguen más oportunidades de trabajo que les hacen crecer todavía más profesionalmente. Por no hablar de la tranquilidad que supone ir a otro país y poder desenvolverte perfectamente en ese entorno y con personas de allí.

Además, un dato muy curioso es que hablar dos idiomas con fluidez protege frente al envejecimiento del cerebro y la pérdida de memoria asociada a la edad, es decir, protege de la demencia y en particular de la enfermedad del Alzheimer. Según una de las investigaciones de la doctora Ellen Bialystok, profesora de la Universidad de York en Toronto, aprender o hablar otro idioma puede retrasar hasta unos 5 años la aparición del Alzheimer. Esto se debe a que las personas que hablan dos idiomas están ejercitando constantemente las funciones ejecutivas del cerebro, por lo que la doctora Bialystock concluyó que el bilingüismo hace nuestro cerebro mucho más eficaz.

Todos ellos son unos pocos de los cientos de beneficios que tiene una educación bilingüe, por lo que los padres pueden desempeñar un papel fundamental en el aprendizaje de una segunda lengua proporcionando los recursos necesarios para esta inmersión lingüística y de cierto modo, preparar a los más pequeños para que tengan más facilidades en el futuro.

A pesar de que existen creencias de que una educación bilingüe puede confundir a un niño al hablar dos idiomas, que empiezan a hablar más tarde, que retrasan el aprendizaje de la lengua materna o que se sienten abrumados por aprender tantas palabras, son solo falsos mitos. Todos estos mitos han sido desmentidos por diferentes estudios, de manera que establecen que el aprendizaje simultáneo de dos idiomas no tiene ningún impacto negativo.

En resumen, el bilingüismo es un regalo que todos los padres pueden hacer a sus hijos e hijas para que tengan un aprendizaje más completo.

¿A qué estás esperando para comenzar?